Un mensaje positivo pero sin olvidar lo negativo. Eso es más o menos
lo que los expertos en corazón quieren transmitir tras conocer las
cifras oficiales de mortalidad por enfermedad cardiovascular. Desde
2008, las muertes por estas patologías en Europa han descendido, pasando
de 4,3 millones a cuatro millones. Sin embargo, los médicos quieren
enfatizar que esta cifra todavía es inaceptable y que, si no se toman
medidas, es probable que vuelva a aumentar en los próximos años.
Las enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio o la insuficiencia cardiaca, son responsables del 47% de todas las muertes que se producen en Europa, un punto menos que hace cuatro años, según un informe de la Sociedad Europea del Corazón que ha publicado haciéndolo coincidir con el Día Mundial del Corazón que se celebra este 29 de septiembre.
La reducción de la mortalidad cardiovascular en Europa "es una historia real de éxito. Hace unos pocos años parecía que el aumento de enfermedad cardiovascular era imparable; este informe muestra que hemos revertido esa tendencia, y que se están salvando vidas. Al mismo tiempo, sabemos que hay potenciales problemas por llegar. La diabetes y la obesidad están aumentando, el tabaquismo continúa siendo un grave problema, y las personas todavía siguen sin hacer suficiente ejercicio.
Aunque España se encuentra dentro del 'club privilegiado' de países con una mortalidad mucho menor, los datos tampoco son para lanzar las campanas al vuelo. "Tenemos una mortalidad por estos problemas del 31'3%, panorama muy diferente al de Bulgaria donde está en el 60%, pero por encima de Francia en donde el 25% de sus habitantes se muere por culpa de los problemas cardiovasculares", explica Leandro Plaza, presidente de la Fundación Española del Corazón.
Por eso este y otros expertos insisten en que la prevención y la adquisición de unos hábitos saludables es la clave del problema. Pero muchos de los mensajes preventivos que lanzan los médicos caen en saco roto. "Una de las razones por las que fracasa la prevención es porque les decimos a las personas lo que tienen que hacer pero no cuándo, cómo o dónde. Además, les prohibimos hacer o comer ciertas cosas, y no es un problema de prohibir sino de promover la salud y eso hay que hacerlo desde los colegios y las familias", explica Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Este especialista está a favor de los mensajes positivos, sobre todo a los niños y jóvenes que ven muy lejanos los problemas cardiovasculares. "No me parece buena idea decirles que si comen tal cosa les puede generar una enfermedad. Lo que habría que decirles es que deben comer sano para sentirse mejor y lo mismo con el deporte, porque además de liberar endorfinas, que generan un bienestar físico, el deporte va a promover que la persona quiera cuidarse más. El que no lo hace quizás no le dé importancia a dos o tres kilos más, pero el que corre sí, porque le costará más", argumenta Bertomeu.
Pero este cardiólogo asegura que la prevención no debe quedarse sólo en mensajes sobre diversos hábitos cardiosaludables. "Hay que facilitar a la gente que tenga sitios para hacer deporte, porque su práctica puede ser cara. Hay que promover lugares donde su realización sea barata", asegura.
Evitar el sobrepeso y obesidad en la infancia es uno de los principales objetivos de los Gobiernos para controlar la aparición de enfermedades cardiovasculares en el futuro. En España, donde uno de cada tres niños tiene sobrepeso, es fundamental actuar sobre los patrones alimenticios y el sedentarismo, según concluyen los especialistas consultados.
Las enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio o la insuficiencia cardiaca, son responsables del 47% de todas las muertes que se producen en Europa, un punto menos que hace cuatro años, según un informe de la Sociedad Europea del Corazón que ha publicado haciéndolo coincidir con el Día Mundial del Corazón que se celebra este 29 de septiembre.
La reducción de la mortalidad cardiovascular en Europa "es una historia real de éxito. Hace unos pocos años parecía que el aumento de enfermedad cardiovascular era imparable; este informe muestra que hemos revertido esa tendencia, y que se están salvando vidas. Al mismo tiempo, sabemos que hay potenciales problemas por llegar. La diabetes y la obesidad están aumentando, el tabaquismo continúa siendo un grave problema, y las personas todavía siguen sin hacer suficiente ejercicio.
Aunque España se encuentra dentro del 'club privilegiado' de países con una mortalidad mucho menor, los datos tampoco son para lanzar las campanas al vuelo. "Tenemos una mortalidad por estos problemas del 31'3%, panorama muy diferente al de Bulgaria donde está en el 60%, pero por encima de Francia en donde el 25% de sus habitantes se muere por culpa de los problemas cardiovasculares", explica Leandro Plaza, presidente de la Fundación Española del Corazón.
La mujer, gran afectada
Con ese porcentaje, las patologías cardiovasculares son la primera causa de muerte en nuestro país, por delante del cáncer. Y a quien más afecta ahora la mortalidad por esta causa es a la mujer, tres puntos por encima de la del hombre. El motivo hay que buscarlo en varios factores. Por un lado, están las hormonas que protegen a la mujer durante muchos años pero que, con la menopausia, dejan de hacerlo. "Pero también hay que tener en cuenta el estilo de vida. Ahora la mujer fuma más y le cuesta más trabajo dejar de fumar. Además, el estrés quizás sea más fuerte porque también trabaja en casa. Y estos cambios han ocurrido en los últimos 15 años", asegura Plaza.Por eso este y otros expertos insisten en que la prevención y la adquisición de unos hábitos saludables es la clave del problema. Pero muchos de los mensajes preventivos que lanzan los médicos caen en saco roto. "Una de las razones por las que fracasa la prevención es porque les decimos a las personas lo que tienen que hacer pero no cuándo, cómo o dónde. Además, les prohibimos hacer o comer ciertas cosas, y no es un problema de prohibir sino de promover la salud y eso hay que hacerlo desde los colegios y las familias", explica Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Este especialista está a favor de los mensajes positivos, sobre todo a los niños y jóvenes que ven muy lejanos los problemas cardiovasculares. "No me parece buena idea decirles que si comen tal cosa les puede generar una enfermedad. Lo que habría que decirles es que deben comer sano para sentirse mejor y lo mismo con el deporte, porque además de liberar endorfinas, que generan un bienestar físico, el deporte va a promover que la persona quiera cuidarse más. El que no lo hace quizás no le dé importancia a dos o tres kilos más, pero el que corre sí, porque le costará más", argumenta Bertomeu.
Pero este cardiólogo asegura que la prevención no debe quedarse sólo en mensajes sobre diversos hábitos cardiosaludables. "Hay que facilitar a la gente que tenga sitios para hacer deporte, porque su práctica puede ser cara. Hay que promover lugares donde su realización sea barata", asegura.
Futuro y dinero
Está en juego mucho, no sólo vidas, que es lo más importante, sino también dinero, algo crítico en estos momentos. La carga económica generada por las enfermedades cardiovasculares alcanza los 196.000 millones de euros cada año, de los que un 54% viene por gastos sanitarios directos; el 24% por productividad perdida y el 22% por el cuidado de personas con estas patologías.Evitar el sobrepeso y obesidad en la infancia es uno de los principales objetivos de los Gobiernos para controlar la aparición de enfermedades cardiovasculares en el futuro. En España, donde uno de cada tres niños tiene sobrepeso, es fundamental actuar sobre los patrones alimenticios y el sedentarismo, según concluyen los especialistas consultados.
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