viernes, 26 de octubre de 2012

Muerte súbita cardíaca

La muerte súbita de origen cardíaco representa más del 90% de todos los casos de muerte súbita. De las diferentes formas de muerte cardíaca, la súbita adquiere características dramáticas por su forma de presentación y sus implicaciones socioeconómicas.
La inmensa mayoría de los pacientes que sufren una muerte súbita y no reciben atención médica fallecen en pocos minutos.
Solemos definir a la muerte súbita como la aparición repentina y de manera inesperada de una parada cardíaca en una persona que aparentaba estar completamente sana. Aunque, como todo, encontramos también una definición médica más formal para poder entenderla con profundidad. Así los médicos definen la muerte súbita cardíaca como "el fallecimiento que se produce en la primera hora desde el inicio de los síntomas o el fallecimiento inesperado de una persona aparentemente sana que vive sola y se encontraba bien en plazo de las 24 horas previas".


Pero, si vamos andando tranquilamente por la calle, ¿ cómo sabemos si una persona está sufriendo un ataque de muerte súbita?

Los síntomas son:

- pérdida brusca y del conocimiento sin responder a ningún tipo de estímulo
- pueden tener los ojos abiertos o cerrados
- dejan de respirar en seguida
- el color de la piel pierde el tono rosado habitual y se torna de un azul violáceo.


Causas

La muerte súbita se debe generalmente a una arritmia cardíaca maligna: la fibrilación ventricular. Debido a esta arritmia no se puede generar latido cardíaco efectivo y por tanto, el corazón deja de bombear sangre y la presión arterial cae y se anula el riego sanguíneo al cerebro. Al detenerse la circulación, el oxígeno y los nutrientes dejan de llegar a los órganos, que rápidamente empiezan a sufrir.

La fibrilación ventricular es muy rara en corazones sanos. En personas mayores de 35 años, la causa más frecuente es el infarto agudo de miocardio. En las personas jóvenes suele estar relacionada con enfermedades cardíacas previas. También se dan casos de muerte súbita en lactantes.


Tratamiento

Existe una medida de tratamiento eficaz: la desfibrilación. Consiste en administrar al corazón una descarga eléctrica controlada con un dispositivo que se conoce como desfibrilador. Básicamente, lo que hace este dispositivo es descargar la actividad eléctrica de todas las células del corazón a la vez. Lo habitual es que al reiniciar 'desde cero' la actividad del corazón, este recupere su ritmo habitual normal.


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