viernes, 26 de octubre de 2012

La obesidad infantil y su relación con las enfermedades cardiovasculares

Saludos blogueros! Hoy vamos a tratar sobre un tema de gran importancia, tanto a nivel nacional como internacional, y no es otro que la obesidad infantil, y concretamente, hablaremos sobre un estudio que se ha realizado en la Unidad de Vigilancia Pediátrica de Holanda entre 2005 y 2007 acerca de este problema que afecta a numerosas familias.

La prevalencia y gravedad de la obesidad infantil ha ido en aumento en todo el mundo, pero pocas investigaciones se han llevado a cabo sobre los problemas de salud relacionados con los graves problemas de peso que tienen los niños.

Durante este período (3 años) , los médicos que tratan todos los nuevos casos de obesidad severa en los niños con edades de 2 a 18 años en los Países Bajos se les solicitó que proporcionaran información sobre los factores de riesgo cardiovascular de sus pacientes.


Durante los tres años de seguimiento, la mayoría de los pediatras presentaron sus resultados mensuales de todos los niños con obesidad severa que se trataban en la unidad de vigilancia; en total recabaron datos de 500 niños. En una segunda revisión más exhaustiva, se identificaron 307 niños con obesidad severa.

Los datos mostraron que la mitad (52%) de estos 307 niños eran varones. Los niños tienden a ser más severamente obesos en el extremo más joven del espectro de edad, al contrario que las niñas.



Datos alarmantes
Para los investigadores, los resultados son alarmantes: dos de cada tres niños (67%) tenían al menos un factor de riesgo cardiovascular. Más de la mitad (56%) tenía una presión arterial alta, y una proporción similar (54%) tenía niveles elevados colesterol «malo» de baja densidad, y uno de cada siete (14%) tenía cifras altas de glucosa en sangre en ayunas, y algo menos del 1 por ciento ya tenía diabetes tipo 2.

Es decir, casi dos tercios (62%) de los menores de 12 años tenían uno o más factores de riesgo cardiovascular. Sólo la obesidad de un niño es atribuible a los servicios médicos en lugar de factores de estilo de vida.

Los autores advierten que la prevalencia de la glucosa en ayunas en los niños es preocupante, teniendo en cuenta el aumento de la prevalencia mundial de diabetes tipo 2 en niños y adolescentes. «Del mismo modo también es alarmante la alta prevalencia de la hipertensión y los niveles anómalos de lípidos, que pueden dar lugar a la enfermedad cardiovascular en la edad adulta».

Como conclusión, aseguran que hacen falta, «con urgencia», criterios internacionales «para la definición de obesidad severa y directrices para la detección temprana y tratamiento de la obesidad grave».


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